San Antonio - Miles de aficionados, en su mayoría mexicanos, asisten la tarde del miércoles al Alamodome para presenciar el clásico del norte entre el Tri y la selección estadounidense.
Los hermanos Sergio y Abraham Suárez llegaron al Alamodome enmascarados. Sergio, de 18 años, con una máscara de luchador con los colores azul, blanco y rojo, y Abraham, de 16 años, con una máscara verde, roja y blanca.
Con humor, los hermanos discuten afuera del Alamodome sobre qué selección es mejor.
"Hablamos español los dos, ¿quién crees que es el traidor acá?", dice Abraham, quien nació en Spring Ranch, Texas pero se crió junto a su hermano mayor en Piedras Negras, Coahuila.
"Lo más importante es disfrutar el tiempo en familia", reconoce Sergio.
Con un sombrero emplumado y con una imagen de la virgen de Guadalupe, Juana Oliva viajó junto a sus dos hijos desde Fort Worth hasta San Antonio para sorprender a su marido con boletos para el partido.
"Venimos por mi marido que trabaja en San Antonio a llevarlo al juego", cuenta Juana, de 45 años, nacida en Zacatecas.
"Fue de sorpresa, nosotros teníamos los tickets y ni le avisamos", sostiene Juana, quien dijo que compró los boletos hace más de dos meses.
"Nomás le avisé a mi supervisor y me dio el día libre", dice su marido José Oliva, de 57, quien trabaja en una compañía de pisos industriales en San Antonio.
El mexicano Vicente Acosta perdió una apuesta con su hijo Edwin que le costó tener que portar los colores de Estados Unidos el día del partido.
"Es una apuesta que hicimos jugando un partido de ajedrez de que quien ganara iba a representar a su país, y quien perdiera iba a representar al otro país, que viene siendo Estados Unidos", explica Edwin, de 34 años, nacido en la Ciudad de México.
Edwin llegó al Alamodome envuelto en una bandera mexicana, mientras que Vicente llevó una bandera estadounidense.
Vicente dice que no se molestó por perder la apuesta.
"No importa (haber perdido) porque vivimos aquí en Estados Unidos", señala Vicente, de 61 años, quien reside en Laredo, Texas.
Un total de 65,000 personas asisten el miércoles al amistoso entre México y Estados Unidos.